TresCaras

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Tres Caras Tiene la Vida: Humano que Nacer no Pide, Vivir no Sabe, Morir no Quiere

viernes, 13 de agosto de 2010

El Afuera y el Adentro – Mundo Interior, Mundo Exterior diría Albert Hoffman

Sale el sol, canta el gallo o suena el despertador y saltamos afuera. Estábamos felices soñando, ingrávidos adentro y de golpe el reclamo externo, y sin ver con claridad, en un salto, ante un tope, pasamos de la dimensión interior al miundo exterior, con todos sus aspectos y demandas por parte de nuestra presencia.


Los humanos, y particularmente nosotros los occidentales – en realidad orientales a América - conformamos una cultura extremo exteriorizante y, rara vez entramos a nuestro interior.

Lo hacemos si, lo menos la tercera parte del tiempo diario, dormimos. Allí volvemos dentro.

Pero, el asunto es que siempre entramos al interior dormidos… rara, muy rara vez, despiertos. Y esto es porque culturalmente no somos entrenados desde niños a entrar dentro despiertos, que es algo asombroso pero que sólo es posible gozar desde una gran calma… exactamente lo opuesto a lo que nuestro mundo acelerado nos ofrece, enseña e induce.

¨De tanto entrar despierto en el sueño, puede que logremos entrar Vivos en la muerte¨ - dijo alguna vez Juan José Lanza del Vasto.

En algunas culturas, el sosiego inicial diario modela el carácter de los individuos desde pequeños y los hace más serenos, más observadores, más amplios y profundos. Pero, al igual que en un lago cuando está agitado que no podemos ver su fondo, en nuestro cotidiano correr, siempre agitando acciones, difícilmente podríamos alcanzar profundidad de observación.

Sosegarse diariamente un ratito desde el arranque, antes de encarar las demandas de la existencia exterior es un modelador del carácter que enriquece, alivia y cura, pero sin embargo no es algo fácil de hacer desde nuestra perspectiva, a menos que tengamos ¨la llave¨.

De esa ¨llave¨ pronto conversaremos.

Que todo fluya serenamente para ustedes

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